En plena Tierra del Vino, Nava del Rey, la pequeña ciudad vallisoletana posee un interesante conjunto monumental, frecuentemente olvidado.
La Plaza Mayor, en cuyo trazado triangular convergen las principales vías de la ciudad, presenta en algunos tramos los característicos soportales, que también pueden verse en las calles adyacentes. En uno de sus lados se alza el edificio del Ayuntamiento, de armónica fachada barroca en piedra de sillería. con espadaña central, frontones laterales y rejería ¡cría de forja en los balcones.
Pero la joya arquitectónica es la iglesia parroquial de los Santos Juanes, dedicada a San Juan Evangelista y a su homónimo el Bautista. Se trata de un templo con cierto aire catedralicio construido a lo largo del siglo XVI, según proyecto (cabecera poligonal y naves) de Rodrigo Gil de Hontañón, aunque la airosa torre, tras el desplome de la anterior. no fue culminada hasta el siglo XVIII. Posteriormente (1728), o Churriguera añadió la sacristía que por sus proporciones viene ser casi un nuevo templo adosado al principal y acentúa la marcada complejidad. externa del conjunto.
La curiosa galería corrida que oculta parcialmente la cabecera de la iglesia era en tiempos utilizada como palco para las autoridades eclesiásticas durante los festejos taurinos. El interior, de tres naves alzadas sobre poderosas columnas, está presidido por un monumental retablo cuya obra estatuaria se debe en gran parte a Gregorio Fernández. De gran interés son asimismo las dos capillas laterales, una de ellas con contenido museístico.
Callejeando por la ciudad pueden verse casas de hermosas fachadas blasonadas (en las calles del Castillo, el hospital o de Manuel Salvador Carmona, por ejemplo. o en las dedicadas a los obispos Rodríguez Chico y González Pisador) y otros monumentos, como el hospital de San Miguel o la ermita de la Vera Cruz, donde se guardan valiosos pasos procesionales.
Al final de la calle de Rodríguez Chico, el convento de las Capuchinas alberga excelentes tallas de la gran tradición imaginara dieciochista de la familia Salvador Carmona, original de Nava del Rey. Por último, a través de un camino jalonado por un vía crucis de piedra, se asciende al pico Zarcero. En él, frente a una buena panorámica de la ciudad, se encuentra la ermita que custodia la imagen de la Vírgen de la Concepción, un santuario de mediados del siglo mi con un interesante retablo.
En consonancia con la tradición vinícola hay numerosas bodegas subterráneas repartidas por toda la zona.
En la Ronda del Castillo, a la altura del número 116, abre sus puertas el Museo Etnográfico Félix Rodríguez Martínez, una colección privada de aperos de labranza y toda clase de enseres rurales.
Nava del Rey está bastante cerca a Medina del Campo. Recomendamos algunos de sus alojamientos de alquiler vacacional, que nos permitirán disfrutar ampliamente de una zona agradable y tranquila con todos los servicios a mano.
Los meses de primavera y otoño son los más propicios para visitar Nava del Rey, en especial Septiembre para poder disfrutar de las Fiestas.
Si bien el producto más reconocido en la mesa es el vino, con denominación de origen “Rueda” y en su variedad blanco verdejo, la repostería artesanal del lugar no le va a la zaga, puesto que ofrece unas buenas rosquillas con muchas variantes.
Entre el 6 y el 10 de septiembre tienen lugar las fiestas patronales, de marcado carácter taurino.
El 30 de noviembre es la Virgen de los Pogotes, con una procesión nocturna, que tiene su contramarcha el 8 de diciembre, cuando la Virgen vuelve desde la ermita al pueblo.
Este histograma muestra los patrones del clima en Nava del Rey. Los meses más cálidos en Nava del Rey son Junio y Julio, con temperaturas de 39.6 ˚F. El mes más frío es Diciembre, cuando las temperaturas disminuyen hasta -6.2 ˚F. El mes más húmedo en Nava del Rey es Enero con 137.9 pulgadas de lluvia, mientras que el mes más seco es Noviembre con 1.8 pulgadas de lluvia.