Una experiencia entre montañas, la divinidad y la tradicional disposición e imagen que mantiene el pueblo de Panticosa, tan apegado a su cultura.
Sin pensarlo dos veces será la cuna de las emociones por conocer, comenzando por disfrutar de un chocolate caliente mientras deambulas por sus calles, así como también de sus recorridos más extremos, su variedad culinaria y la magia tan especial, donde la ciudad es el presente y este pueblo sin duda sería el hermoso e inolvidable pasado que se mantiene vigente.
No os podéis perder del acabado al estilo Pirineo Aragonés que posee la Iglesia de la Asunción con su respectiva base románica, seguidamente hay que adentrarse a la aventura que brinda la estación de esquí de Panticosa que junto a la estación de Formigal, crearon una pista de 176 km. Los metros de las pistas se juntan para dar origen a este exclusivo recorrido único.
En verano Panticosa varía su imagen por un clima más cálido, pero todavía permanecen las suaves brisas provenientes de las montañas, que atestigua un agradable lugar donde se pueden olvidar los problemas de la ciudad y simplemente queda relajarse y estar en contacto con el entorno.
A través de la telecabina se puede ascender a fin de formar parte de un grandioso paseo en zonas elevadas que nos brinda una cercanía a los ibones de Asnos, Sabocos y también a la vista natural que recrea el cerro Cuartale.
En la medida que vas desplazándote, os daréis cuenta que hay otro punto que visitar; el Balneario de Panticosa, con sus históricas aguas medicinales a 50 grados que surgen del manantial de Tiberio, conocido desde la época romana, siendo un atractivo único de esta zona.
Además también se puede apreciar la red de montañas que rodean toda la zona, convirtiéndolo en un lugar con honores.
Sucesivamente está el Embalse de Búbal, que se encuentra junto al Pueyo de Jaca, que en tiempos anteriores adquirió movimientos turbios y violentos que resultaron muy mal, pero ha sido rescatado en su totalidad, siendo considerado un lugar tranquilo para disfrutar en familia o con amigos, para practicar deportes acuáticos como windsurf, canoas y piragüismo.
No solo se trata de deportes extremos, sino que también tiene consigo muchos aires de comodidad y calma, únicos para llevarse una excelente guarnición de comida, sentarse a tomar un poco de sol, y después de concluir todo esto, simplemente ir y darse un baño tranquilo, a fin de aprovechar la frescura y la serenidad que brindan estas aguas para todo aquel interesado en visitarlas.
El mejor lugar para alojarse en Panticosa para disfrutar de las maravillas de este célebre destino es en los hoteles de las cercanías, que cuentan con una gran variedad de apartamentos, con alquiler íntegro y diversidad de habitaciones, camas, con piscina, jardín y mucho más. Y se encuentra solo a tan solo 5 minutos en coche del pueblo, sin pensarlo, es la mejor opción para quedarse.
Existen tantas cosas que se pueden hacer en cada temporada que no se sabe por cuál decidirse, pero sin duda en primavera y en invierno, son épocas que destacan por los deportes de esquí, senderismo, excursión y demás.
Ante la presencia del mes de Julio se celebra el Mercado Medieval, consta de una gran feria al estilo tradicional con artesanías clásicas, convirtiendo el pueblo en una réplica de la época medieval, no se deben olvidar de la variedad de platillos que están a la vista.
En esta festividad, con juglares y malabaristas en todos lados, este enclave se ve empapado de motivos históricos y caballerescos.
Este histograma muestra los patrones del clima en Panticosa. Los meses más cálidos en Panticosa son Abril y Julio, con temperaturas de 34.3 ˚F. El mes más frío es Diciembre, cuando las temperaturas disminuyen hasta -7.2 ˚F. El mes más húmedo en Panticosa es Enero con 248.2 pulgadas de lluvia, mientras que el mes más seco es Mayo con 27.7 pulgadas de lluvia.
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