Sicilia es la isla más grande de Italia, separada del continente por el estrecho de Messina y bañada por el Mar Jónico, el mar Tirreno y el Mediterráneo. Es una de las joyas del sur de Italia, que se puede descubrir, conocer y vivir a través de una serie de rutas alternativas que, dependiendo de los gustos y necesidades, se pueden desarrollar a través de la naturaleza, la historia o la tradición. La naturaleza parece haber destinado a esta tierra todas sus maravillas: montañas, colinas y, especialmente, el mar, que con sus increíbles colores, la transparencia del agua y la belleza de sus fondos marinos no tiene nada que envidiar los demás mares.
En esta tierra, el Mediterráneo ofrece escenarios, olores y sabores únicos e intensos que sólo una naturaleza incontaminada es capaz de ofrecer. Un ejemplo de ello son las islas que rodean Sicilia: Lípari, Egadas, Pelagias, Pantelleria y Ustica. Sin olvidar de sus volcanes, símbolos de su naturaleza exuberante, algunos de los cuales en activo, como el Etna y el de Strómboli. Atractivo enriquecido también por restos arqueológicos que nos hablan de los orígenes antiguos de Trinacria (antiguo nombre de Sicilia) y sus numerosos monumentos, testimonios de un arte que ha sabido cimentarse en el curso de los siglos.
Para los amantes del turismo cultural, Sicilia es una fuente inagotable de conocimiento, historia, arte y cultura. Grandes escritores, como Salvatore Quasimodo, Giovanni Verga, Luigi Pirandello, Leonardo Sciascia o Tomasi di Lampedusa encontraron en la atmósfera y el ambiente de su propia tierra la inspiración para escribir grandes obras como El Gatopardo o Los Malavoglia.
El mismo ambiente donde, aún hoy, podemos sumergirnos en los lugares donde estos personajes ilustres vivieron con el fin de comprender las condiciones sociales, políticas e históricas que delinearon las bases de sus novelas.
Los que desean disfrutar del pasado pueden optar por visitar los templos griegos de Selinunte y Siracusa y los de Agrigento e Imera, el teatro griego-romano de Taormina y las catedrales de época normanda sobre todo las de Palermo (las iglesias de la Martorana, San Juan de los Eremitas o San Cataldo).