Arropada entre riscos de historia y sobrevolada por buitres se encuentra la localidad Soriana de Calatañazor. Se dice que su nombre venía una palabra árabe que significa “Castillo de los Buitres”. El poeta Gerardo Diego le dedicó un poema cuyas estrofas grabadas en bronce decoran un monumento en el centro del pueblo, que lee así:
Azor, Calatañazor,
juguete.
Tu puerta, ojiva menor,
es tan estrecha,
que no entra un moro, jinete,
y a pie no cabe una flecha.
Descabalga, Almanzor.
Huye presto.
Por la barranca brava,
ay, y cómo rodaba,
juguete,
el atambor.
El tiempo se paró hace ya muchos siglos en la localidad de Calatañazor. Las fachadas de sus casas parecen haberse anclado en la Edad Media y permanecen intactas, inmunes. Calles de cantos rodados que hacen las veces de alfombra e iglesias mozárabes dan la vida a los visitantes y a su viaje en el tiempo.
Paseando por las emblemáticas calles de la localidad soriana podréis comprobar no solo que el tiempo parece no haber pasado nunca por Calatañazor, también que quedan vestigios de lo que un día fue el lugar de batalla donde Almanzor fue vencido. A un costado de la Calle Real, en una pequeña y tímida plaza, un busto recuerda al derrotado.
El templo cristiano más importante de Calatañazor es la iglesia de Santa María del Castillo de origen románico del siglo XII. Frente a la iglesia encontraréis el museo parroquial en el que se hayan muestras de pergaminos y reyes de España como Enrique IV o Carlos I.
La Plaza Mayor de Calatañazor es coqueta y peculiar, su forma triangular la hace única. De el suelo sale un rollo o picota recordando al visitante que aquí se impartía justicia frente a los habitantes de la villa, por pena capital o por exposición pública dependiendo del delito cometido.
Otro testimonio histórico de la localidad es el Castillo de Los padilla, del que quedan ruinas. Se dice que en su día fue un fortín árabe que protegía y vigilaba la villa medieval. Desde este castillo obtendréis una vista panorámica del Valle de la Sangre con los buitres leonados volando sobre vuestras cabezas tan cerca que los oiréis aletear.
Durante vuestro paseo por el pintoresco e interesante pueblo de casas de barro y paja con nervios de madera, mirad para arriba. Observad las chimeneas que sobresalen de los tejados, gruesas y cónicas de teja partida, singulares, robustas y típicas de Calatañazor. El pueblo todavía huele a leña o a carne asada debido al humo que escapa por estas chimeneas.
A penas un par de kilómetros a las afueras de Calatañazor, camino a Muriel, podréis pasear por uno de los sabinares más espesos de Europa. Un paseo a media tarde por este bonito paraje natural para hacer la digestión, no tiene precio.
Os recomendamos acercaros hasta el Parque Natural del Cañón de Río Lobos. Una reserva natural con espectaculares paisajes esculpidos por las aguas del río Lobos. Este parque es un espacio natural protegido de Castilla y León y abarca una superficie de 10.000 hectáreas. En el Cañón de Río lobos encontraréis rutas de senderismo señalizadas que os permitirán conocer los diferentes paisajes y ecosistemas. Visitad La Casa del Parque en Ucero, un centro de interpretación de la naturaleza con una exposición didáctica sobre los paisajes y ecosistemas del parque. Aquí podréis planear la ruta o rutas a seguir y excursiones a realizar.
En el parque además de senderismo o tranquilos paseos se puede realizar espeleología, rutas en bicicleta de montaña, rutas a caballo y visita a las colmenas de miel convirtiéndose en apicultores por un día.
Una visita recomendable es la localidad de Abéjar, a pocos minutos en coche de Calatañazor. Al municipio se lo conoce como la “Puerta de Pinares” por encontrarse a la entrada de los Pinares de Urbión. Abéjar es ideal para pasear, explorar, relajarse y absorber toda la belleza de los Picos de Urbión y la Laguna Negra.
Calatañazor, anclado en el tiempo, con sus casas de barro y paja y calles de cantos rodados solo dice una cosa, turismo rural. Una casa rural para disfrutar en familia, en pareja o con amigos es el alquiler vacacional ideal para sacarle el máximo partido a este viaje.
Calatañazor tiene su encanto en todas las épocas del año. Recibiendo gran afluencia de turistas en otoño, se recomiendan los meses de abril y mayo ya que la primavera se hace esperar en la pintoresca villa medieval y sus alrededores.
Salir a comer en Calatañazor es todos un ritual para los sentidos. Abriendo boca con setas, sopas castellana o morcilla dulce. Reponiendo energías con un buen asado castellano a base de cochinillo o cordero y acompañando con un vino de Denominación de Origen Ribera del Duero. Acabando con las rosquillas, empiñonados y sobadillos. Y el broche de oro lo pone una siesta y un paseo por el campo. ¡Qué gusto da estar de vacaciones!
Calatañazor y sus alrededores son perfectos para visitar en familia o en grupos de amigos. Realizar actividades como excursiones al campo, visitas a las colmenas de miel y rutas a caballo son experiencias muy divertidas cuando se comparten.
Este histograma muestra los patrones del clima en Calatanazor. Los meses más cálidos en Calatanazor son Mayo y Junio, con temperaturas de 40.8 ˚F. El mes más frío es Diciembre, cuando las temperaturas disminuyen hasta -3.4 ˚F. El mes más húmedo en Calatanazor es Febrero con 80.5 pulgadas de lluvia, mientras que el mes más seco es Junio con 1 pulgadas de lluvia.