Calahonda se puede resumir en su simpleza, pero esto no la hace un lugar menos impresionante. Aquí, las cosas más cotidianas, como un desayuno a pocos metros de la orilla, se convierten algo utópico.
La playa de Calahonda está ubicada en el municipio malagueño de Mijas, entre el Puerto de Cabopino y la playa de El Bombo. Está localizada frente a la urbanización homónima, donde se pueden observar diferentes zonas: desde las más urbanizadas con viviendas y establecimientos cercanos, hasta las más vírgenes con abundante vegetación.
Estrecha y tranquila, la playa de Calahonda se caracteriza por sus salientes y entrantes, en la cual puedes practicar buceo y pesca.
Poder comer lo mejor del pescado motrileño, poder bañarse en sus aguas cristalinas y bucear en paredes escarpadas del puerto natural, no tiene precio.
No sólo la playa es su mayor atractivo. Existen otros lugares que podrás apreciar durante tu visita, como el Farillo de Calahonda, una torre defensiva del siglo XVI que antiguamente contaba con su propio faro.
Otro destino imperdible es la Atalaya del Zambullón, que está ubicada sobre un acantilado y fue construida en mampostería de piedra caliza y mortero de cal durante el siglo XVI. Su misión era proteger la embocadura del puerto del ataque de los piratas.
También merecen una visita los restos del Castillo de Carchuna, una edificación defensiva de origen cristiano construida a finales del siglo XVII; la iglesia de la Purísima o la Cueva Bigotes.
Si quieres visitar Calahonda en toda su pureza, mejor elegir la visita durante sus festejos. Puedes disfrutar de eventos únicos, como la Virgen del Carmen y San Joaquín (16 de julio), la Virgen de la Cabeza (15 de agosto) o la Virgen de las Angustias y Divina Pastora, en octubre. Disfrutar de impresionantes vistas en un alquiler vacacional en el corazón de la costa es lo mejor que puedes hacer.
La gastronomía de Calahonda está basada en la cocina granadina, principalmente elaborada con productos de la costa. Entre los platos más tradicionales se encuentran la olla de San Antón, el choto frito con ajos, las gachas pimentoneras, el guiso de cordero segureño o las migas. Todo un clásico es el tapeo, puedes degustar las tapas típicas de la zona como los caracoles guisados, los pescados rebozados o la saladilla con habas.
De ser posible, se debe coincidir con las Fiestas en honor a la Virgen del Carmen y San Joaquín. Se trata de una despampanante celebración que empieza con el encendido de la cala a base de decenas de bengalas para iluminar el paso de la Virgen, para que luego esta sea paseada en barco. todo el pueblo se une a esta tradición que se ha ido dejando entre familias de pescadores, haciendo realmente que toda la población y hasta los visitantes, se vuelvan uno con la simpatía de Calahonda.